miércoles, 30 de abril de 2014

Reseñas al 30_04_14


Reseña #1
Reseña #2
Reseña #3
Aldana
REHACER
Falta interacción volátil e interacción duradera
Tema muy importante en el examen parcial.
Hay conceptos que debes explicar mejor
“El autor va a decir que en una sociedad hay configuraciones duraderas objetivadas.” Seguimos en la abstracción ¿dónde se objetivan?
“Estas acciones son objetivadas  mediante las instituciones que componen la sociedad” no es correcto.
“Estos individuos llevan a cabo acciones que objetivan configuraciones duraderas” se contradice con “la razón por la cual las a configuraciones duraderas se objetivan en estas instituciones”
De los tres objetivos de estudio de la sociología faltan dos.


Christian
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Daniela
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Ezequiel
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Jairo
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Mariela
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Mercedes
APROBADA
Contenido muy completo.


Natalia
APROBADA
Completo con los contenidos más importantes.


Néstor vive
APROBADO
Muy completo, pero…
Ojo con el verbo: “Las últimas deben ser objetivadas por las instituciones sociales: un Estado, una familia, gremios, iglesias, etc”


Nicolás
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Vanesa
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domingo, 27 de abril de 2014

Anne-Marie Chartier

InfoLuminis: Entrevista a Anne-Marie Chartier.

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Entrevista en la que Anne-Marie Chartier   historiza  y reflexiona acerca de la relación entre los cambios culturales vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación y las prácticas educativas de lectura y escritura.
Anticipando las Jornadas Internacionales para Docentes de la Feria del Libroentrevistamos a *Anne-Marie Chartier quien, el viernes 25 de abril a las 14 horas, estará brindando  allí una conferencia titulada: Entre la esperanza y el temor: la incertidumbre de los educadores ante la evolución de la lectura.  
anne-maria-chartier-web   *Anne-Marie Chartier es Agregada de Filosofía y Doctora en Ciencias de la Educación. Fue profesora de la Escuela Normal de Versailles, profesora asociada de los Institutos Universitarios de Formación de Maestros (IUFM), y ejerció luego la docencia y la investigación en el INRP (Instituto Nacional de Investigación Pedagógica), en el departamento de Historia de la Educación donde dirigió investigaciones sobre la historia de la lectura y su escolarización durante los siglos XVII y XX en el marco de la enseñanza básica, buscando confrontar los discursos y las prácticas.  Recientemente, publicó L´école et la lecture obligatoire (Retz, 2007). Muchas de sus obras y artículos han sido publicados en español, particularmente: Enseñar a leer y escribir, Una aproximación histórica (Fondo de Cultura Económica, 2004),  conjuntamente con Jean Hébrard, Discursos sobre la lectura 1880-1980 y  La lectura de un siglo a otro (Gedisa, 1994 y 2000). Fue Jefe de Redacción de la revista Recherche et Formation (Investigación y Formación, INRP).

A continuación los invitamos a abordar esta breve entrevista en la que Anne-Marie Chartier   historiza  y reflexiona acerca de la relación entre los cambios culturales vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación y las prácticas educativas de lectura y escritura.
En el marco de las irrupciones y desarrollos de la tecnología de la información y la comunicación en las últimas décadas, en relación a los nuevos hábitos y prácticas que se instalan socialmente mediante su uso ¿Cómo observa los cambios culturales entre generaciones y su impacto en las formas de enseñar y de aprender?
_No todos los cambios culturales tienen impacto en las formas de aprender y enseñar. Por ejemplo, la migración del campo hacia la vida urbana, la democratización de las vacaciones y las posibilidades de viajar, la reducción del promedio de integrantes en las familias, o la desafección por la religión han tenido un gran impacto en la vida social, pero ningún impacto directo en las formas de enseñar y aprender. Sin embargo, el auge de la prensa popular en el siglo XIX, la llegada de la radio en la década de 1920, la llegada de la televisión en la década de 1960, son cambios que han alterado la relación de adultos y niños. Por lo tanto ese caudal de  información y conocimientos que ingresaron al espacio y al tiempo de ocio afectaron las formas de enseñar y aprender.
Por otro lado lo pedagogos han combatido, vigorosamente, contra la televisión, tal como también, en su tiempo, condenaron al diario por sus prácticas sensacionalistas de “poner la sangre en las letras” para atraer clientes – lectores sobre los acontecimientos que presentaban.
Los educadores encontraron en la televisión un competidor formidable, porque la TV era vista como una “escuela paralela”, sin obligaciones, ni sanciones. Esas características sugerían que se podía aprender sin más  esfuerzo que el de presionar un botón y ver.
La escuela se enfrenta ahora a la competencia de las computadoras portátiles conectadas a Internet, junto a herramientas como las tabletas y los teléfonos inteligentes. Este es un fenómeno que también cambia la educación (la “revoluciona” dicen sus partidarios). Sin embargo cualquier cambio en la tecnología de transmisión de la información y de la comunicación siempre ha obligado a los maestros a redefinir su papel. De hecho, muchos consideran que su trabajo está en cortocircuito por la presencia de las máquinas, que serían más eficientes para difundir los conocimientos de los que antes eran custodios y mediadores autorizados.
De alguna manera, los ” dispositivos de comunicación ” requieren que todos los maestros  reinventen sus prácticas de una forma mucho más imperiosa de  que la plantean los ministros y activistas de los más convincentes movimientos de innovación pedagógica.
¿Podríamos , entonces, observar tensiones en la enseñanza entre la dinámica de los nuevos medios que trabajan con el lenguaje audiovisual y  la lógica escritural que predomina en la educación formal?
_La dinámica de los nuevos medios de comunicación es impulsada por la lógica del mercado en la que los fabricantes de hardware se ven obligados a la invención permanente, para generar  herramientas que se vuelvan viejas, anticuadas y obsoletas rápidamente, y de esa forma obligar a  los usuarios a comprar un nuevo equipo. Frente al uso constante de estos productos tecnológicos podemos celebrar el desgaste más lento que tienen los seres humanos, siendo, incluso,  que la mayoría de ellos ni siquiera tienen la característica de mejorar con la edad en el uso de la tecnología, salvo que los asistan usuarios expertos, no así principiantes. Pero también el mercado de la tecnología de la escritura es muy dinámico. Cuando estoy en el metro, entre París y los suburbios, veo a mi alrededor gente que lee en las pantallas de sus computadoras  portátiles, en sus teléfonos celulares (en los que también escriben mucho) y en los dispositivos de nuevos libros electrónicos. No podemos decir, entonces, que los nuevos medios de comunicación son solo  la televisión, o que la vinculación de los medios de comunicación sólo se da con la imagen y la voz como lenguajes principales. Podemos observar, en cambio,  que restauran un papel esencial de la lectura y la escritura.
Sin embargo, estoy de acuerdo con el hecho de que los nuevos medios de comunicación  trabajan con múltiples lenguajes, ya que dan acceso tanto a la imagen, la música, el vídeo, los datos cifrados, la escritura. Personalmente, a mí me parece más una posibilidad que un  peligro en sí.
Cuando Gutenberg inventó la imprenta, revolucionó la difusión de la escritura por medio de la impresión, pero este progreso tuvo un precio: la pérdida del color y de las imágenes en los textos. Las personas que leían libros y manuscritos ilustrados y en colores tuvieron que conformarse con las páginas en blanco y negro. En ese sentido yo pienso que la invención de la imprenta fue percibida como una pérdida.
Hoy vemos como las nuevas formas de comunicación científica y educativa han dominado herramientas como el powerpoint y el video, que combinan esquemas de edición de imágenes y oralidad. Pero  el problema sigue siendo el de la entrada en la escuela de estas nuevas formas de comunicación y, sobre todo, su entrada en los dispositivos de los exámenes, en la evaluación. Por ejemplo, las calculadoras fueron admitidas después de una larga lucha. Es esperable que las computadoras portátiles  se incorporen más rápido, pero esto significa que la definición habitual de un examen no puede basarse exclusivamente en la memoria y la inteligencia del alumno, sino también en el acceso a bases de datos,  a información en línea, etc. Se debe imaginar otra cosa, lo que no es fácil.
Por el momento, la gran ventaja de la “lógica escritural” es que es mucho más económica en la energía de los materiales y del tiempo que insume, ya que obedece solo a la lógica de un discurso, que es lineal y que no tiene más necesidad que de sí misma. Cuando buscamos realizar una evaluación o un control ésta siempre está disponible y no se “cuelga”, razón por la que se sostiene y continua creciendo en las escuelas.
 ¿Qué aspectos en la formación docente considera que deben trabajarse  prioritariamente?
_La Formación actual  de los docentes no plantea los mismos problemas que la de los maestros del mañana. Estos nacerán bastante después de Internet, estarán familiarizados con las nuevas herramientas y las utilizarán sin dificultad con los niños de sus clases. Hoy en día, tenemos que pedirle a una generación de maestros que aprendan a utilizar una serie de herramientas que nunca han utilizado cuando eran alumnos. Por ejemplo, la pizarra digital ofrece enormes facilidades para la gestión del aula, para ver los pasos de trabajo, para escribir y registrar las producciones de los niños y del proyecto realizado, etc.
El problema es que para aprender a usarla, uno debe desmontar otras prácticas y otros hábitos. Esto no sucede de manera espontánea. Incluso si se es lo suficientemente ágil en cuanto las acciones que requieren estas nuevas herramientas, y más rápido para aprender que los cambios en el sistema educativo, la condición para desmontar los viejos hábitos es que los nuevos usos hagan la vida más fácil. Por ejemplo: el uso de la fotocopiadora se implementó tan pronto como el equipo llegó a las escuelas. Sin embargo, el establecimiento de una pedagogía de texto libre,  de la escritura individual y colectiva (hasta un periódico en clase, por ejemplo) es mucho más difícil de establecer pedagógicamente. La fotocopiadora proporciona asistencia técnica, no un pensamiento pedagógico. No resuelve los problemas de la desigualdad entre los niños o las dificultades para mejorar un texto de reescrituras sucesivas, no democratiza el acceso a la palabra escrita: sólo permite reproducciones inmediatas en el lugar.
Del mismo modo, el uso de computadoras y de las tabletas en los estudiantes cambia significativamente las áreas de trabajo, la organización de actividades, la colaboración entre los niños, etc. Pero este uso no define una pedagogía.
Actualmente sólo los profesores para quienes estas herramientas son de uso habitual están preparados para su uso “cotidiano” en la clase: ¿Van a ser mejores educadores por esto?  No estoy segura, pero lo que sí es seguro es que van a inventar nuevas formas de hacer en la clase que tendrán consecuencias importantes en  el paisaje escolar. Ya hemos visto esto en el pasado.
Así, en 1860, los maestros también tuvieron que aprender a organizar el trabajo con los niños más pequeños, cuando la pizarra y  los cuadernos llegaron a todas las aulas y se dejaron de usar las plumas de ganso. Hasta entonces, sólo los estudiantes de mayor edad tenían mesas. Con la llegada de los cuadernos y las plumas de metal, incluso los principiantes comenzaron a escribir las primeras letras al mismo tiempo que aprendían a leer. Para trabajar en su cuaderno y escribir, era necesario que cada niño tuviese una mesa. Esto fue el nacimiento de la clase que conocemos, con escritorios alineados en filas, con el pizarrón delante de los estudiantes, para que puedan copiar lo que escribe el profesor. Muchos piensan que este modelo de la clase “siempre ha existido”, pero no en todos los casos fue así!
El establecimiento de esta organización agitó todos los hábitos educativos, pero en, apenas, una generación esas nuevas formas fueron adoptadas en todo el mundo, ya que facilitaron la vida de los maestros y mejoraron los resultados educativos en la lectura.
En 1880, nadie se acordaba ya de cómo las cosas podrían haber sido “antes”. Creo que la generación más joven de los maestros es necesariamente capaz de lograr esto, y tal vez aún más rápido. Antes del 2015, estoy segura que nadie va a recordar bien cómo eran las cosas “antes”.

jueves, 24 de abril de 2014

Bauman

"La distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes"
Zygmunt Bauman

Lúcido, cordial, directo y ágil. A sus 89 años, el sociólogo polaco Zygmunt Bauman entró en la abarrotada Fundación Rafael del Pinocomo si una estrella del rock intelectual hubiera desembarcado en Madrid. El público no perdió ripio de este pensador, padre de la modernidad líquida, empeñado en pensar esta época sin corsés ideológicos. Catedrático emérito de sociología en Varsovia, abandonó su país natal en 1971 a causa de una oleada antisemita. Profesor en Leeds, Tel Aviv y la London School of Economics, su alejamiento del comunismo no le ha hecho abrazar acríticamente el mercado, al contrario.

Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, su última obra, «¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?», que publica Paidós, como casi toda su obra, hace acopio de multitud de datos para demostrar que el sistema económico vigente potencia y perpetúa la desigualdad: «Está entre nosotros para quedarse», y que está pauperizando la clase media: «La distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes».

—¿Es «¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?» un intento de demostrar que la mano invisible no funciona, que el mercado no es tan sabio como presume?

—Es interesante lo que plantea sobre el papel de la mano invisible, pero hay que tener en cuenta que Adam Smith lo escribió en un contexto muy diferente. Lo que ha pasado recientemente, en los últimos cuarenta años, desde los años setenta del siglo pasado, es que la mutua dependencia entre empleadores y empleados se ha roto de forma unilitateral. Hasta entonces los empleados, los trabajadores, dependían de sus jefes para poder vivir. Pero al mismo tiempo los jefes también dependían de sus empleados. Era una dependencia mutua. Y en las ciudades donde se levantaban las grandes fábricas una gran parte de la población era una especie de ejército de reserva de trabajadores. Hablando de este «ejército» de reserva, listo para volver al servicio, ocupar los puestos de trabajo uando fuera necesario, los «generales» encargados de ese ejército de reserva se preocupaban del estado, de las circunstancias en las que vivían esos desempleados. Cierto que no estaban en servicio de momento, pero podrían necesitarlos. De ahí que hubiera un servicio social, una serie de atenciones, educación, alojamiento… Sobre todo después de la Gran Depresión, con el desempleo masivo, y especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, se creó el estado de bienestar.

Lo que sin embargo me gustaría resaltar es que la introducción del estado de bienestar no fue fruto de una decisión partidista, había un consenso general en la opinión pública, entre la izquierda y la derecha, porque la mayoría estaba de acuerdo en que o bien mantenías a tu población en buen estado o bien serías derrotado en la próxima guerra o en la próxima batalla comercial con otros países. De tal manera que la mano invisible del mercado podía funcionar a favor de controlar las fuerzas en presencia. De hecho, entre los años cuarenta y setenta la desigualdad se redujo en toda Europa.

Eso cambió a raíz de las políticas económicas que se empezaron a poner en práctica en los años setenta, como la desregulación, la privatización, subcontratando obligaciones del Estado en el mercado (como proporcionar pensiones, educación, servicios sanitarios y prestaciones por el estilo). ¿Y por qué ocurrió esto? Porque los jefes, los propietarios del capital, los dueños de las empresas, vieron que ya no entraba dentro de sus necesidades e intereses ocuparse de los vecinos, de los locales, de los habitantes de su país. Se sintieron libres para ir donde quisieran buscar mano de obra, en lugares alejados de Madrid o de Barcelona, por ejemplo, donde no tuvieran que preocuparse de las pensiones o la seguridad social de los trabajadores, y donde habría huelgas para defender los salarios y los derechos consolidados de los empleados. Se dieron cuenta además de que era fácil hacer negocios, porque todos los datos los tenían en sus ordenadores portátiles, en sus teléfonos inteligentes, y se llevaron el trabajo a otra parte. De tal forma que se creo una dependencia unilateral. Los indígenas, la gente que vivía en los viejos países, todavía dependen de los dueños del capital para conseguir un trabajo, pero los jefes ya no dependen de esos trabajadores. De tal modo que la mano invisible del mercado empezó a funcionar de otra manera.

—¿Es decir, que al final mis padres tenían razón cuando me dijeron que siempre habrá pobres y ricos?

—Me temo que sí, que tenían razón, y que la desigualdad está entre nosotros para quedarse. Tenían razón. El problema es si la cuestión de la desigualdad está bajo control y si podemos aplicar medidas para mitigar estas diferencias entre el modus vivendi de ricos y pobres. Y los datos nos dicen que la distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes. Las 85 personas más ricas del mundo poseen una riqueza que equivale a la que suman las 4.000 millones de personas más pobres del mundo. Es increíble: el 85 frente a 4.000 millones. El 90 por ciento de toda la riqueza producida en el mundo después de la gran crisis que se inició en 2007, con el colapso del crédito y la amenza de desaparición de bancos si no eran recapitalizados con el dinero de los que pagan impuestos, se la han apropiado el 1 por ciento de las personas más ricas de la Tierra. Y no solo los pobres, los proletarios, ni tampoco la clase alta, sino la clase media no solo ha visto cómo disminuían sus ingresos sino también sus perspectivas de mejora. El nuevo fenómeno que tenemos ante nosostros es precisamente la desaparición del futuro para esta clase media, de sus expectativas de progresar. Incluso el trabajo es un bien que se ha instalado en el terreno de la incertidumbre, seguirá desapareciendo. Puedes haber estado trabajando treinta, cuarenta años para una empresa, y de repente se produce una fusión, y enseguida corta la mano de obra sobrante. Suben las acciones de la nueva firma y tú te encuentras sin empleo en una sociedad donde los mayores de cincuenta años no tienen la menor esperanza de volver a conseguir un trabajo. Por otra parte, y aquí estamos hablando de España, tienes a un cincuenta por ciento de los jóvenes titulados que no tienen trabajo…

—Pero al mismo tiempo el Gobierno español y la Unión Europea siguen insistiendo en que es necesario reformar el mercado de trabajo y aumentar la desregulación porque dicen que es la única manera de conseguir que haya más trabajo…

—Eso es absolutamente falso. Forma parte de una leyenda, de una falseadad que ha sido introducida en la mente del público: que si los ricos se hacen más ricos eso será beneficioso para todos. Y no es así, no ha ocurrido.

—¿Es una quimera?

—Nunca ocurrió. La mayor parte de la economía hoy es puramente monetaria. El dinero trae más dinero. Todas las transacciones que se producen en la bolsa, en el mercado de valores, y que afectan a la vida de personas como usted, no tienen el menor interés en la economía, en las condiciones de vida que afectan a gente como usted, que no son capitalistas, que no juegan en la bolsa. Hay un creciente golfo de separación entre los que juegan a la bolsa, entre el mundo de las altas finanzas, y la gente que hace cosas, los empleados que sirven a la mayor parte de la población. La naturaleza del juego ha cambiado por completo, y eso no es algo que haya ocurrido de repente y de lo que nos hemos dado cuenta de la noche a la mañana. La desigualdad ha estado entre nosotros desde el comienzo de la especie humana. Pero ese no es el problema, el problema es el carácter diferente que está adoptado, y lo peor es que no hay hoy día forma de controlarla, de mantenerla a raya.

—¿Y qué ocurre entonces con los políticos? ¿Están al servicio de los trabajadores, de la población en general, o son asalariados de las grandes finanzas?

—Ellos se mueven en un doble obediencia. Desde 1648, tras la paz de Westfalia, en donde se creó un nuevo orden político en el centro de Europa, un concepto de soberanía basado en que los gobernantes de cada territorio tenían la capacidad de decir a la población bajo su mando en qué dios deberían creer, arrancó el periodo de construcción de nuevos estados, en los que la religión era sustituida por la nación. Resultó muy bien en cuanto a la independencia territorial de los estados, la habilidad de promover el autogobierno de un territorio. Pero ahora las reglas del juego han cambiado por completo. Porque vivimos en la interdependencia, no en el de la independencia. Formalmente, nominalmente, los Estados siguen siendo soberanos en lo que concierne a su territorio, pero en la realidad ya no lo son. El problema no es que los políticos sean corruptos; algunos lo son, pero no todos lo son. El problema no es que sean estúpidos; algunos de ellos lo son, pero no todos. El problema no es que sean miopes; algunos de ellos lo son, pero no todos. El problema fundamental al que todos ellos tienen que hacer frente, sean corruptos, estúpidos o miopes o no suficientemente sabios, es que están sometidos a una doble obediencia. Por una parte, son los gobernantes de un territorio concreto, y los ciudadanos de ese territorio les eligieron precisamente para que gobernaran, por lo que están obligados a escuchar a su electorado. Tienen que tener en cuenta lo que su electorado les demanda. E incluso deben prometerles que trabajarán para ellos, que satisfarán sus necesidades. Sin embargo, lo que a menudo se ven obligados a hacer es que tienen que mirar en otra dirección: cuáles serán las consecuencias de sus decisiones en el mercado global o, como esta de moda decir hoy día, la reacción de los inversores globales. En otras palabras, la libre circulación, emancipada de todo tipo de control político, del mercado financiero. Los viernes deciden cómo mejorar la situación del país y para ello adoptan una serie de medidas, pero el fin de semana no pueden conciliar el sueño, porque temen que el lunes, cuando vuelvan a abrir las bolsas, un nuevo cataclismo en los mercados puede llevar al traste con todos sus planes, con un nuevo colapso del Estado que ponga en fuga a los capitales.

—¿Quizá lo que les está pasando a muchos gobiernos es que acaban de despertarse y de darse cuenta de que tienen mucho menos poder del que pensaban, del que solían tener?

—Esa es la cuestión. Ellos tienen que maniobrar constantemente.

—¿Cómo de acertados o erróneos eran los análisis de Marx? ¿Le resultan todavía útiles para usted?

—Muchas de las predicciones de Marx se demostraron equivocadas, en parte por la influencia de sus propias predicciones. Como la idea de la profecía autocumplida. La profecía de que habrá una catástrofe, la gente se lo cree y toma medidas para prevenirla. Y eso es exactamente lo que ocurre. Marx habló de la pauperización del proletariado, y que eso llevaría al proletariado a las calles y desencadenarían Una revolución. Creo que la gente inteligente entre los dueños de los recursos escucha atentamente y toma medidas. En el siglo XIX, en Inglaterra, se adoptaron medidas para mejorar las condiciones de los obreros, sus pensiones, el derecho a afiliarse a sindicatos y a declarse en huelga para defender sus derechos. Todo ello estaba orientado a mejorar las condiciones de vida de la clase obrera. Se acabó incrustando en la mentalidad de la gente la necesidad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo dentro del propio sistema capitalista, sin cuestionar el propio sistema. Entonces llegó la revolución bolchevique, que partía de la idea de que todos somos iguales, lo cual no es cierto, pero es lo que la gente creía, o quería creer.Y se logró que dejara de haber desempleo, eso es cierto. Se proporcionó educación para todos, lo que también era verdad. Y había sanidad gratuita para todos. Y eso también era verdad. Al otro lado del Telón de Acero, la gente veía lo que había y tomaba precauciones. En respuesta a esas realidades hay que contar el New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt, el estado de bienestar en buena parte de Europa…

Ahora, con el colapso del bloque soviético, no hay alternativa, el capitalismo se ha quedado solo en el campo de batalla, sin enemigos a la vista, hasta el punto de que muchos gobiernos buscan ávidamente nuevos enemigos para mantener la vigilancia y la unidad de la población. Pero lo cierto es que no hay un sistema alternativo, y desafortunadamente no hay nada que constriña, que limite algo que es endémico a un sistema que está basado en la competencia: la codicia, la codicia, que pretender sobreponerse, derrotar a los otros, y la escasa sensibilidad hacia el destino de los desafortunados, de las víctimas causadas por tu propia actividad. Es una nueva situación, que surgió tras la caída del Muro de Berlín. Por primera vez en ciento cincuenta años las predicciones de Marx podrían hacerse realidad, no solo en lo que se refiere al proletariado, sino a la clase media, que ha visto cómo se ha ido deteriorando, pauperizando, su nivel de vida, perdiendo tanto su nivel de ingersos como su percepción de la seguridad, la quiebra de su sentimiento de pertenencia, de formar parte de una comunidad, de contar con instituciones que se preocupen de ellos cuando sufran una catástrofe individual, el temor a que se reduczan o dierctamente se supriman las prestaciones de desempleo, de trabajar más años para disfrutar de pensiones más…

De repente, el suelo ha empezado a temblar bajo nuestros pies. De ahí, de esa inquietud, han surgido movimientos como el de los indignados en España, buscando de manera febril nuevas formas de participar en política, porque han perdido por completo la fe en las instituciones políticas establecidas. Lo cierto es que el sistema ha dejado de cumplir sus promesas, de cumplir con sus obligaciones.

—Entonces, ¿qué hacer?

—Mi explicación es que en el origen de todos estos problemas que estamos atravesando, en la liquidez de los cimientos de esta situación, descansa en un acontecimiento, el divorcio entre poder y política. El poder se puede definir como la habilidad de hacer cosas, y la política es la decisión sobre las cosas que se deben hacer. Hace medio siglo todo el mundo estaba de acuerdo, poder y política residían en manos del Estado soberano. Ahora, desafortunadamente -o afortunadamente, depende del punto de vista que adoptemos-, la soberanía del Estado territorial se ha convertido en una ilusión. Cierto que los Estados cuentan con algunos poderes que pueden corregir algunos aspectos de la realidad, pero las cuestiones esenciales que afectarán a las perspectivas en la vida de tus hijos y a tus nietos quedan más allá de los poderes del Estado soberano, del Estado territorial, están sometidas a fuerzas globales. El sociólogo Manuel Castells lo denomina de manera brillante como «espacio de flujos», es decir, son movimientos que surgen aquí y allá completamente al margen de la planificación de cualquier fuerza política. Representa el divorcio entre poder y política.

Por una parte tienes poderes libres de cualquier control, por la otra tienes políticas y políticos que carecen por completo de poder. De ahí que la vieja gran pregunta acerca de qué es lo que debemos hacer, creo que la pregunta no es tanto esa. Más o menos sabemos lo que es preciso hacer, que debería ser volver a casar poder y política. La política debería recrear su control del poder, y el poder debería estar sometido al control de la política. Pero la verdadera gran pregunta, para la que yo no tengo la respuesta, es quién va a hacerlo. Ese es el problema. Porque los Estados-nación fueron creados por nuestros abuelos y bisabuelos para servir a la independencia de los Estados soberanos, pero ahora nos encontramos en una nueva situación de interdependencia. Y si bien resultaron útiles durante décadas como Estados independientes, lo cierto es que han dejado de ser útiles en la era de sociedad global, a la hora de controlar la interdependencia global de las sociedades. Es la gran cuestión del momento. Ante esto hay todo tipo de propuestas. Ninguna de ellas resulta del todo convicente. Unas muestran su entusiasmo por las nuevas clases educadas con la llegada de la informática y de internet, en el que todos se pueden comunicar con todos, pero el problema es que no es así, que todos se intercomuniquen.

Internet provoca más divisiones que unificaciones

Internet provoca más divisiones que unificaciones. Si recorres las calles de Madrid no puedes evitar el hecho de que estás viviendo en una sociedad global, porque te cruzas con gente variada y diferente, ves la multiculturalidad, te cruzas con muchos extranjeros, con personas que piensan de manera distinta a la tuya. Eso ocurre cuando estás en la calle, desconectado. Pero cuando estás «online» puedes desconectar, apagar a los otros, a los extraños, comunicar solo con quienes te interesan, de tal manera que acabas habitando una cámara del eco, donde todo lo que escuchas no son más que ecos de tu propia voz. O un salón de los espejos, donde todo lo que ves no son más que reflejos de tu propio rostro. No está predesignado que internet debería actuar en la dirección de que la gente se adapte al multiculturalismo, sino que estaría actuando exactamente en la dirección contraria.

Otras opciones sobre la mesa son movimientos como el de los indignados, que pretendían resistir en las calles hasta que sus exigencias fueran atendidas, tratando de restaurar la democracia directa, que Aristóteles definió con hermosas palabras. Pero hasta el momento no hay evidencias de que resultaran eficaces. Sucedió también la Primavera Árabe, pero estamos todavía esperando, y lo que de momento tenemos en gran medida es un nuevo invierno árabe. Wall Street fue ocupado, pero en realidad no tomaron nota de ello, y siguió actuando como antes. Es decir, no tenemos la menor prueba de que sean eficaces. Sí me gustaría traer a colación una idea lanzada porBenjamin Barber, un estudioso de la ciencia política, que plantea qué ocurriría si los alcaldes gobernaran el mundo…

—¿Como el nuevo alcalde de Nueva York?

—También tienen un alcalde en Madrid, seguro.

—Claro.

El futuro está en las ciudades, en los alcaldes

—¿Qué es lo que plantea? La cúpula del sistema político, que son los gobernantes del país, no están a la altura, no tienen las capacidades para responder a las exigencias de un mundo interdependiente, y para resistirse a las fuerzas de la globalización, que afectan al destino de sus ciudadanos. Sin embargo, a una escala mucho más baja, al nivel más bajo, pequeños políticos, políticos individuales, no les exigimos que ofrezcan soluciones individuales a grandes problemas sociales. Somos expertos a la hora de movilizar nuestro propia energía, nuestro propio talento, nuestra propia ingenuidad, nuestros propios recursos… para tratar de resolver para nosotros y para nuestras familias los problemas creados muy lejos de nosotros. Este nivel bajo es demasiado impotente para hacer frente a todo esto, de ahí que la única solución, la única salvación, dice Barber, esté en las grandes ciudades. En los países en desarrollo el setenta por ciento de la población ya vive en grandes ciudades, y en torno al cincuenta por ciento de la población mundial vive en grandes ciudades. Es un poder creciente. Las ciudades tiene el tamaño correcto y la densidad de población adecuada para combinar la comunidad en la que se puedan tomar decisiones cara a cara, para que la gente se reúna, y para que asuma sus obligaciones morales que plantea vivir con otros, para adoptar decisiones en las que se tengan en cuenta las razones del otro.La sociedad es abstracta, moralmente insensible, pero estas divisiones se puden corregir a escala de las comunidades urbanas.

—Saskia Sassen ha escrito acerca de ello.

—Sí, hay mucha gente trabajando y pensando en el papel de las ciudades como un agregado humano con el tamaño adecuado y el número adecuado de gente para hacer frente de forma eficaz a los problemas que se han creado. Hay muchas propuestas sobre la mesa, y no todas son igual de convicentes. Pero el presente nos muestra que la gente está verdaderamente preocupada tratando de encontrar soluciones a estas cuestiones básicas y esenciales, que estoy seguro serán el arte, la tarea del siglo XXI: Cómo volver a unir poder y política. La habilidad para hacer cosas y para decidir cómo deben hacerse.

—Para acabar, una pregunta muy breve, ¿quién es Zygmunt Bauman?

—¿Quién soy yo? Una persona muy mayor, que ha vivido en diferentes periodos de la historia. Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que he experimentado grandes momentos de esperanza, de ideas, de promesas. Y eso es lo que soy, lo que he tratado de hacer: darle sentido a todo lo que he vivido.

Fuente: ABC

jueves, 17 de abril de 2014

Populismo y Laclau

Sobre la “identidad populista”

Laclau y el psicoanálisis

Al recoger el legado conceptual de Ernesto Laclau –fallecido el domingo pasado–, la autora diferencia entre la formación de masa, donde “la identidad se alcanza por identificación y obediencia al líder”, y el populismo, donde “los sujetos tienen la palabra y devienen actores políticos”. Y sostiene que esta teorización “aporta al psicoanálisis la posibilidad de ampliar su campo de acción”.

Por Nora Merlin *
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Ernesto Laclau nació el 6 de octubre de 1935 en Buenos Aires y murió en Sevilla el 13 de abril de 2014.
Ernesto Laclau produjo una teoría del populismo a partir del análisis del discurso, utilizando la lingüística de Ferdinand de Saussure, la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan y la retórica; transformó así una noción bastardeada por los medios de comunicación –y también por la academia– en un concepto fundamental para operar en la teoría política.
Recordemos brevemente el planteo que hace Freud en Psicología de las masas y análisis del yo. Afirma allí que las masas son asociaciones de individuos que se manifiestan con características bárbaras, violentas, impulsivas y carentes de límites, en las que se echan por tierra las represiones. Son grupos humanos hipnotizados, con bajo rendimiento intelectual, que buscan someterse a la autoridad del líder poderoso que las domina por sugestión. Se trata de una constitución libidinosa producida por la identificación al líder, en la que una multitud de individuos pone en el mismo objeto (el líder) el lugar del ideal del yo –operador simbólico que sostiene la identificación de los miembros entre sí–. Por lo tanto, dos operaciones constituyen y caracterizan a la masa: idealización al líder e identificación con el líder y entre los miembros. En resumen, la masa implica una respuesta social no discursiva sino puramente libidinal.
En contraposición, Laclau define la construcción populista en tanto realidad de discurso, de significación; la define a partir de una lógica de articulación de demandas diferenciales que se relacionan y conforman equivalencia. De este modo, referirse al pueblo no implica un supuesto ontológico dado, no se trata de un objeto exterior susceptible de ser estudiado, medido, calculado por expertos, sino más bien de un efecto contingente, un modo de construcción política inherente a la comunidad. Es impensable que la comunidad satisfaga todas sus demandas, y esta diferencia discursiva tiene como consecuencia la emergencia del pueblo, pero siempre a condición de que se cumpla la lógica de articulación y equivalencia. A través de esta lógica surge una identidad populista como efecto: no como un punto de partida o un supuesto apriorístico garantizado por algún impreciso “ser nacional”.
La identidad conferida por la masa difiere de la populista. En la primera, se trata de una identidad caracterizada por el enlace libidinal con el líder, alcanzada sólo por la identificación y obediencia a él. Sujeto único y amo de la palabra, el líder articula mandatos. La estructura de la masa es jerárquica: el líder ocupa el lugar del ideal y encarna las demandas que funcionan como imperativos a obedecer. Esa identidad es puramente imaginaria, consiste en un conjunto de yoes identificados. En la masa, los individuos están en posición de objeto, el sujeto no es tratado como tal, no tiene voz ni voto; nos encontramos ante una destitución subjetiva, que en el discurso capitalista se manifiesta en la producción mercantil de objetos y de sujetos tomados como objetos. El sujeto de la masa se encuentra sometido a un amo que articula ideologías preconcebidas, fijadas e ideales; pasivo y servil, su yo empobrecido está bajo el influjo de la sugestión. Advertimos que la masa no es un modo de lazo social, de discurso, sino que se constituye por un montón de gente seriada, indiferenciada y unificada que comparte un espacio y un tiempo. Freud vio en el rebaño, en la fascinación colectiva y la homogeneización de la psicología de las masas, un prolegómeno del totalitarismo.
Por el contrario, el populismo se plantea como una identidad producida desde el discurso, concebido como un sistema que reclama igualdad de derechos en la reivindicación de sus diferencias; los sujetos aquí tienen la palabra y por lo tanto devienen actores políticos. Esto supone una fuerza de inscripción política inclusiva y democrática. Consideramos de suma importancia establecer este despejamiento conceptual para evitar análisis políticos erróneos, tales como, por ejemplo, asociar peronismo a masa y por ende a manipulación, sugestión, fascismo o totalitarismo.
En este sentido, sostenemos que el peronismo comienza como masa creada por su líder. El peronismo proponía algo novedoso, fundaba su llamamiento político a los trabajadores reconociéndolos como fuerza social. Perón, en tanto líder, convocó a la participación popular en la vida económica y social construyendo la integración e inscripción de los trabajadores, que hasta ese momento se encontraban excluidos y desclasificados de la sociedad. Perón ofreció a la masa inscripción y representación, es decir, reconocimiento político y simbólico. La creación política de la masa produjo notables cambios en la cultura: subversión de valores y códigos, modificaciones en las costumbres y hasta en el paisaje. Los obreros, que en su mayoría habitaban los suburbios de Buenos Aires, aparecen, se hacen visibles y se apropian del espacio público.
La constitución y organización de la masa, que en su momento resultó una novedosa formación en la cultura argentina, devino luego construcción populista. Ciertas contingencias no calculadas produjeron este pasaje, y entre ellas ubicamos dos bisagras fundamentales. La primera, el 17 de octubre, a partir de la demanda que exigía la libertad de Perón. La segunda, a partir de 1955, cuando, proscripto el peronismo y exiliado su líder, con la lucha popular por su retorno –que articula a sectores heterogéneos de la sociedad– surgen demandas aglutinantes de la resistencia popular que van a constituir identidad populista.
Freud aportó una matriz propia de la masa, que nos permite comprender su conformación y funcionamiento. Laclau produjo la matriz propia del populismo, que permite concebir otra conformación de identidad, ajena a la pasión por el Uno y la identificación al líder. El populismo, en tanto construcción popular no determinada a priori ni preconcebida, ofrece un modelo fecundo para pensar la política democrática. A partir de los desarrollos de Laclau, es posible pensar lo común, condición indispensable de la política, no como fusión sino por el contrario como lo plural, aquello que agrupa y separa, aparición consistente en un hacerse visible en lo público, hablar y hacerse escuchar.
Esto permite pensar una construcción cultural que no se base en la moral, en tanto imperativo categórico universal, ni en las leyes generales de la ciencia. El populismo, como lo plantea Laclau, revitaliza en su accionar mismo la vieja retórica moralizante y predestinada de la política, y permite así que la creatividad de todos produzca iniciativas populares nuevas. Como se trata de una identidad popular que pone en acto la pluralidad discursiva, supone la idea de democracia como fundamento. Una cultura política posible, libertaria, emancipatoria, implica para Laclau, como condición, la construcción de hegemonía popular. Esto supone invención cultural, sin gradualismos ni puntos de llegada, con antagonismos que se inscriben en la democracia, posibilitando de este modo la irrupción de acontecimientos imprevistos e irreductibles a formas previas, asumiendo el riesgo de la verificación colectiva.
Conocí personalmente a Ernesto Laclau hace años, en el marco de mi interés por la articulación de política y psicoanálisis. Al principio, mi reflexión se orientaba a desarrollar qué podía aportarle el psicoanálisis a la teoría política: el sujeto, la pulsión de muerte, el objeto a, el síntoma, el goce, la satisfacción en el sufrimiento. Al interiorizarme del pensamiento de Laclau, la relación se hizo dialéctica y comencé a comprender que su teoría le aportaba al psicoanálisis la posibilidad de salir de los consultorios y ampliar su campo de acción, incluyendo la dimensión colectiva sin devenir en una psicología de las masas.
* La autora es psicoanalista y docente de la UBA y desarrolla los tramos finales de su tesis de maestría en ciencias políticas en el Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes), dirigida por Ernesto Laclau.
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martes, 15 de abril de 2014

Escuelas rurales fumigadas

Campaña de gremios y organizaciones contra fumigaciones que afectan a escuelas

La contaminación en las aulas

Ocurre en muchas escuelas rurales, ubicadas cerca de campos donde hay plantaciones de soja. En algunas provincias hay legislación que pone límites, pero muchas veces no se cumplen. Reclaman mayores controles.

Por Darío Aranda
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“Atención escuela. Señor aplicador y productor. No fumigar”, dice un cartel en una escuela de Entre Ríos.
“Paren de fumigar escuelas”, es la campaña en la que intervienen asambleas socioambientales, gremios docentes y padres de alumnos. Dan cuenta de miles de escuelas rurales rodeadas por cultivos transgénicos, donde llueven agroquímicos sobre niños y maestros. En Córdoba denuncian que al menos 400 escuelas padecen fumigaciones y, en Entre Ríos, un relevamiento sobre tres departamentos reveló que el 70 por ciento de las escuelas rurales fue fumigada. El único informe oficial del país sobre escuelas y agroquímicos se realizó en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires: 41 establecimientos educativos fueron fumigados. Solicitaron la intervención de autoridades provinciales y nacionales, pero aún no obtuvieron respuesta.
El cartel blanco sostenido por postes semeja las señales de tránsito. Es blanco con letras negras que resaltan: “Atención escuela. Señor aplicador y productor. No fumigar”. Y detalla las leyes que protegen a alumnos. El cartel sobresale frente a la escuela Nº 54 de Colonia Caseros, departamento de Uruguay, Entre Ríos. Es una iniciativa del sindicato docente de Entre Ríos (Asociación Gremial del Magisterio, Agmer) y la Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay, que comenzaron a articular acciones en marzo de 2012 por las denuncias de maestros y familiares de alumnos de escuelas rurales.
Un caso testigo sucedió en octubre de 2012, cuando fue fumigada la escuela rural Nº 66 de Gualeguaychú. Los chicos padecieron picazón en los ojos, dolores de garganta y vómitos. Los químicos denunciados fueron glifosato, 2.4D, atrazina, clorpirifos, fipronil y deltametrina.
El sindicato y la asamblea comenzaron un relevamiento en toda la provincia. Ya avanzaron en tres departamentos (Uruguay, Nogoyá y Gualeguaychú). Sobre 74 escuelas censadas, el 70 por ciento fue fumigado (52). En el departamento de Uruguay sufrieron aspersiones 15 escuelas de las 28 censadas. En Nogoyá, 18 sobre 23. Y en Gualeguaychú fueron fumigadas 19 escuelas sobre 23 relevadas. Confirmaron casos de afecciones en la piel y vías respiratorias de chicos y maestros, vómitos y problemas gastrointestinales.
“No se cumple con las leyes y disposiciones en cuanto a extremar precauciones y evitar el daño a terceros. Hay escasa contención de parte de los organismos estatales que debieran hacer cumplir las pocas disposiciones de protección vigentes”, señala el informe entrerriano y, mediante imágenes satelitales y fotos, evidencian la cercanía de escuelas y campos transgénicos.
La legislación provincial estipula 50 metros de distancia, pero no se cumple. Docentes y asambleístas aún no definieron cuál debiera ser la distancia, pero coinciden: “Es absurdo que haya sólo 50 metros entre campos fumigados y escuelas”, afirmó Jorge Bevacqua, de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay.
En Buenos Aires hubo denuncias de escuelas fumigadas en Exaltación de la Cruz, Cañuelas y Los Toldos. “Hay muchos casos, pero los docentes tienen miedo. Algunos directivos y funcionarios son amigos de empresarios sojeros. Además está Cargill, que hace donaciones a las escuelas y eso complica todo”, explicó Margot Goycochea, del Foro Ambiental de Los Toldos.
En Cañuelas, en 2010, se sancionó una ordenanza (la 2671) que regula la aplicación de agroquímicos, tomada como referencia por otras localidades. Limita las fumigaciones a 2000 metros de poblaciones urbanas y 200 metros de distancia de escuelas rurales. Diana Iceruk, periodista y asambleísta socioambiental, asegura que la ordenanza “no se cumple plenamente, se continúa fumigando en zonas prohibidas”.
Medardo Avila Vázquez forma parte de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados. Detalló que en Córdoba los mayores problemas se dan en septiembre con las aplicaciones de glifosato, 2.4D y atrazina. “Son de tres a seis aplicaciones antes de la siembra de noviembre-diciembre, los chicos aún están en las escuelas y los fumigan sin reparos”, denunció.
El médico explicó que, además, en marzo aplican “desecantes” para eliminar la humedad y cosechar. Aplican 2.4D y paraquat. Estimaciones de Médicos Fumigados y sindicatos docentes provinciales señalan que en Córdoba hay 1500 escuelas a menos de 1000 metros de campos fumigados. “De esas 1500, hay 400 escuelas rodeadas de campos de soja y maíz transgénico. Unos 12 mil alumnos y 900 maestros están expuestos a los agrotóxicos”, afirmó Avila Vázquez, que también forma parte de la “Campaña escuelas fumigadas nunca más”. Los casos se repiten en todas las provincias con cultivos transgénicos: Santiago del Estero, Salta, Santa Fe, La Pampa y Formosa, entre otras.
La Red de Salud Popular Ramón Carrillo, de Chaco, realizó numerosas denuncias en los últimos años. La escuela Nº 552 de Pampa del Indio, donde se fumigaba con los chicos en clases; la escuela Nº 141 Fortaleza Campesina, en el departamento General San Martín, donde se usó glifosato a menos de 100 metros de los alumnos; y la escuela Nº 257 de Tres Isletas, son sólo algunos de los casos.
La Ley de Biocidas de Chaco (la 7032, de noviembre de 2012) fija distancias de 500 metros para las aplicaciones terrestres y 1500 para las aéreas. Alejandra Gómez, de la Red de Salud, marca dos hechos que se repiten en todas las provincias: la ley no se cumple y los docentes tienen miedo a denunciar. En 2010, un fallo judicial frenó fumigaciones con glifosato y endosulfan en las localidades de La Leonesa y Las Palmas, y protegió escuelas rurales al fijar límites de 1000 metros para aplicaciones terrestres y de 2000 metros para las aéreas.
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lunes, 14 de abril de 2014

Ernesto Laclau

A los 78 años, falleció el filósofo Ernesto Laclau

El intelectual de los debates y los combates

El reconocido autor de Hegemonía y estrategia socialista sufrió un infarto mientras visitaba Sevilla. Fue un pensador clave del posmarxismo que en los últimos años dedicó su obra a resignificar y revalorizar los populismos.

Por Werner Pertot
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Laclau vivía en Inglaterra y daba clases en la Universidad de Essex.
Murió Ernesto Laclau, una de las principales figuras de la teoría política argentina, un intelectual que resignificó los estudios sobre el populismo contra ciertas concepciones del sentido común. El autor de Hegemonía y estrategia socialista estaba ayer con su mujer Chantal Mouffe en Sevilla, España, donde sufrió un infarto. Tenía 78 años y era profesor en la Universidad de Essex, Inglaterra. En los últimos años habían causado revuelo sus posiciones favorables al kirchnerismo y a Hugo Chávez, así como su intervención en las discusiones políticas a través de ciclos como Debates y combates o del canal Encuentro. Sus restos serán velados en la Argentina, aunque hasta ayer no había confirmación del día ni del lugar.
Laclau estaba en Sevilla invitado por el agregado cultural de la embajada argentina en España, Jorge Alemán. Iba a brindar una conferencia ayer por la tarde. Según relató Alemán, Laclau había iniciado el día temprano a la mañana con un paseo por las calles de Sevilla y un baño en la pileta del hotel, cuando se produjo el infarto que provocó su muerte.
Desde diversos sectores políticos y académicos, destacaron la pérdida que significa para las ciencias sociales (ver aparte).
Laclau daba clases de Teoría Política en la Universidad de Essex, un cargo que ocupaba desde 1973. Además, era director del programa de Ideología y Análisis del Discurso, donde se dictan una maestría y un doctorado. Fue distinguido con el titulo de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Rosario (UNR), la Universidad de San Martín lo tenía como director honorario del Centro de Estudios del Discurso y las Identidades Sociopolíticas. Sus hijos, Santiago y Natalia, residen en Argentina.

Marx y Lacan

Laclau nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1935 y creció en una casa donde había mucho debate político: su padre era un radical yrigoyenista, que participó de las sublevaciones contra Uriburu. Estudió Historia en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se recibió en 1964. Bajo los debates de la figura del intelectual comprometido –sobre la que discutían desde Theodor W. Adorno hasta Jean-Paul Sartre–, la formación de Laclau combinó la militancia política y la investigación académica. Tras el golpe de 1955, formó parte del grupo Contorno, junto a Eliseo Verón, León Sigal y Sofía Fisher, entre otros. Militó durante un tiempo en Socialismo de Vanguardia –una escisión del Partido Socialista Argentino–, de donde se alejó por sus críticas al leninismo. Trabajó junto al sociólogo Gino Germani y fundó junto a José Luis Romero la materia Historia Social y General de la carrera de Historia de la UBA.
En los sesenta, Laclau fue director de la revista Lucha Obrera, que se vinculaba al Partido Socialista de Izquierda Nacional. Cuando escribía, usaba el pseudónimo Sebastián Ferrer, porque era becario del Conicet, donde veían mal su compromiso político. La Izquierda Nacional era una corriente de la que participaron otros intelectuales como Blas Alberti, Fernando Carpio y Jorge Abelardo Ramos, quien fue una figura importante en la formación política de Laclau.
Con la dictadura de Onganía, Laclau perdió su cargo como docente en la Universidad de Tucumán y luego ganó una beca en Oxford, donde estudió con el historiador marxista Eric Hobsbawm. “Empecé mi trayectoria política en la Izquierda Nacional. Cuando llegué a Inglaterra, entré en contacto con la New Left Review y con gente ligada a la experiencia de los movimientos anticoloniales –relataba Laclau en un reportaje de 2003–. Me fui de la Argentina en 1969 pensando que era por tres años. Después vinieron las bestias y no puede volver por quince años.” El golpe de Estado de 1976 cortó su regreso.
Desde Inglaterra, en 1979, escribió Política e ideología en la teoría marxista: capitalismo, fascismo, populismo, una compilación de artículos que hizo a pedido del historiador marxista Perry Anderson. En esa época, todavía adscribía a la teoría de Antonio Gramsci y no había formulado los conceptos que luego hizo conocidos. En 1980 hizo su contribución a Tres ensayos sobre América Latina, un libro del Fondo de Cultura Económica.
Fue en los ochenta cuando Laclau se convirtió en uno de los intelectuales preocupados por pensar la reconfiguración de la izquierda en plena crisis del pensamiento marxista. Junto con su compañera Chantal Mouffe, escribió en 1985 Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Este libro es considerado como uno de los que configuran el posmarxismo, desde una línea que critica el determinismo económico y una lectura mecánica de los procesos populares de América latina. Laclau se centró en releer el capitalismo desde una perspectiva que cruzaba la obra de Karl Marx con la de Jacques Lacan (una buena parte de los autores posmarxistas incorporan aportes de otras teorías: en el caso de Laclau, también sumó conceptos del posestructuralismo).
Allí, Laclau planteó una de sus definiciones más conocidas, donde la política es entendida como una lucha por la hegemonía y por conquistar lo que llama “significantes vacíos” o “significantes flotantes”, en un uso de un término lacaniano para entender fenómenos políticos. Durante la siguiente década siguió desarrollando esta teoría: en 1990, publicó Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo, en 1996 Emancipación y diferencia y Misticismo, retórica y política, en 2002.

Reinventar el populismo

“En la genealogía que hace Ernesto Laclau, nos habla de un populismo que tiene una profunda raigambre en la modernidad capitalista, y plantea lo heterogéneo, lo opaco de la social, para empezar a discutir las lógicas políticas de la democracia y la memoria histórica popular”, sostuvo el profesor y ensayista Nicolás Casullo en la presentación en 2005 de La razón populista, uno de los libros más importantes de Laclau, que giró en torno del fenómeno de los nuevos gobiernos de sesgo populista. A La razón populista le siguió en 2008 Debates y combates. Para un nuevo horizonte en la política, que también le dio nombre a una revista que editó Laclau con aporte de intelectuales como Toni Negri –de quien se mostró cerca, aunque con diferencias en algunos puntos de su teoría, mientras que polemizó con Slavov Zizek–, la filósofa francesa Judith Revel, entre otros. Laclau buscaba que la revista “fuera para el mundo hispano lo que puede ser New Left Review para el mundo anglosajón”. Con la misma idea, condujo un ciclo de entrevistas en el canal Encuentro.
Pese a la distancia, Laclau siempre se mostró atento a lo que ocurría en la Argentina. En 2003, por ejemplo, señaló que “Kirchner no habría sido posible sin los cacerolazos”. Sobre la discusión posterior alrededor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, advirtió que “si prevalecen los monopolios, la guerra está perdida”.
En 2012, Laclau conoció a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Nunca formó parte del Gobierno con un cargo –se mencionó la embajada de Londres o de Francia–, pero planteó sin medias tintas sus posiciones sobre el kirchnerismo y la disputa política en la Argentina. En los últimos tiempos, señalando las particularidades del momento histórico, se había mostrado a favor de la posibilidad de una reelección indefinida, aunque aclaró que no se refería a la Presidenta: “Si la gente está contenta con un presidente, debe tener la opción de volver a elegirlo. Si la gente está descontenta, puede votar por otro”, afirmó. Consideraba que es “el mejor momento democrático en 150 años en toda América latina”, pero advertía que “en la Argentina todavía no se logró una confluencia completa entre el momento autónomo de la voluntad de los sectores populares y el momento de la construcción del Estado”.
Siempre parecía estar volviendo sobre los conceptos del libro de 1985, donde se planteaba también un programa político: “La izquierda –escribió– debe comenzar a elaborar una alternativa creíble frente al orden neoliberal, en lugar de tratar simplemente de administrar de un modo más humano”.
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Hemeroteca Digital Brasileña

Hemeroteca Digital Brasileña

Río de Janeiro. La Fundação Biblioteca Nacional pone a disposición de sus usuarios la Hemeroteca Digital Brasileña, un portal de periódicos nacionales (diarios, revistas y publicaciones seriadas) para ser consultado por internet. En ella, investigadores de cualquier parte del mundo pueden tener acceso libre y gratuito a títulos que incluyen desde los primeros diarios creados en el país –como el Correio Braziliense y la Gazeta do Rio de Janeiro, ambos fundados en 1808- a diarios desaparecidos en el siglo XX, como el Diário Carioca y el Correio da Manhã, o que ya no circulan en forma impresa, como el Jornal do Brasil.

Entre las publicaciones más antiguas y raras del siglo XIX se encuentran, por ejemplo, O Espelho, Reverbero Constitucional Fluminense, O Jornal das Senhoras, O Homem de Cor, Semana Illustrada, A Vida Fluminense, O Mosquito, A República, Gazeta de Notícias, Revista Illustrada, O Besouro, O Abolicionista, Correio de S. Paulo,Correio do Povo, O Paiz, Diário de Notícias así como también los primeros diarios de las provincias del Imperio.

En cuanto al siglo XX, se pueden consultar revistas tan importantes como Careta, O Malho, O Gato, así como diarios que marcaron la historia de la imprenta en Brasil, tales como A Noite, Correio Paulistano, A Manha, A Manhã y Última Hora.

Las revistas de instituciones científicas componen un segmento especial del acervo disponible. Algunas de ellas son: Annaes da Escola de Minas de Ouro Preto, O Progresso Médico, la Revista Médica Brasileira, los Annaes de Medicina Brasiliense, el Boletim da Sociedade de Geografia do Rio de Janeiro, la Revista do Instituto Polytechnico Brasileiro, la Rodriguesia: revista do Jardim Botânico do Rio de Janeiro, el Jornal do Agricultor, entre tantos otros.

La consulta, posible a partir de cualquier dispositivo conectado a internet, puede realizarse por título, período, edición, lugar de publicación y hasta por palabra/s. También se pueden imprimir las páginas deseadas.

Además del apoyo del Ministerio de Cultura, la Hemeroteca Digital Brasilera es reconocida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y cuenta con el apoyo financiero de la Financiadora de Estudos e Projetos (FINEP), que hizo posible la compra de los equipos necesarios y la contratación del personal para su creación y mantenimiento. Hasta el momento ya son más de 5.000.000 de páginas digitalizadas de periódicos raros o extinguidos a disposición de los investigadores, número que se irá acrecentando con la continuidad de la reproducción digital.
[Fuente: FBN]

Biblioteca Digital Trapalanda


TRAPALANDA

Trapalanda era el nombre de una tierra mítica y ensoñada. La buscaron para conquistarla y les fue esquiva. Se convirtió en imagen en el ensayo y nombre de alguna revista.
Para la Biblioteca Nacional es el nombre de una utopía: la puesta en acceso digital de todos sus fondos. Aquí se encontrará el lector con distintas colecciones, en las cuales los libros y documentos que la institución atesora se encuentran en forma digital.

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COLECCIÓN SUGERIDA

Manuscritos de Leopoldo Lugones

Poeta, cuentista y ensayista, figura fundamental de la cultura argentina. La colección de manuscritos adquirida por la Biblioteca constituye el archivo público más importante dedicado a su obra. Posee correspondencia, capítulos manuscritos de El payador y de El dogma de obediencia, entre otros.

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BIBLIOTECAS DIGITALES ESPECIALES

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La Biblioteca Nacional tiene acuerdos de integración de bibliotecas digitales con la Iberoamericana –que incluye varias bibliotecas nacionales de América Latina y España–, y constituye, junto con la Biblioteca Nacional de Brasil, la Biblioteca Virtual Pedro de Ángelis. Al mimo tiempo desarrolla colecciones y acervos de información específicos como el Martín Fierro interactivo y el Acervo digital anotado.

Bibliotecas de Montevideo en Línea

La Intendencia de Montevideo lanzó el catálogo en línea de sus bibliotecas

Montevideo. La Intendencia de esta ciudad tiene una red de 19 bibliotecas públicas, quince de ellas en funcionamiento y las otras cuatro en procesos de reapertura y reacondicionamiento. Los servicios que ofrecen son gratuitos y la colección total comprende alrededor de 65.000 ejemplares de 8.000 títulos.

Por esto, la Intendencia creó este catálogo en línea que habilita búsquedas personalizadas por tema, título de publicación, autor o biblioteca. Según dijo un vocero: “El sistema detalla la información del material bibliográfico, la cantidad de copias existentes y la disponibilidad según cada biblioteca”.

El material disponible en las bibliotecas puede leerse en las salas o llevarse al hogar en préstamo. Además de libros, las bibliotecas cuentan con un importante acervo de “revistas, juegos y soportes audiovisuales, como vídeos, DVD y CD-ROM”, señalan desde la Intendencia.

Las bibliotecas, a su vez, ofrecen un espacio particularmente pensado para los niños, con sitios específicos dedicados a promover la lectura entre los más pequeños, además de actividades recreativas y lúdicas. Funcionan asimismo como centro de actividades educativas y de formación, recreativas y sociales de la comunidad donde se encuentran.
[Fuente: La red 21]

Revistas de la Universidad de Córdoba

TODAS LAS REVISTAS DE LA UNIVERSIDAD DISPONIBLES EN LA RED

La Universidad Nacional de Córdoba se une al acceso abierto

Córdoba. La Universidad Nacional de Córdoba presentó el nuevo portal de revistas producidas por esa casa de estudios y el video institucional de la Oficina de Conocimiento Abierto (OCA), que puede verse aquí mismo.

Frente de sobreabundancia de información que caracteriza a internet, estas plataformas ofrecen un valor adicional que el lector puede agradecer: el material que publican debió pasar antes por un proceso de revisión y validación —habitualmente a cargo de sus pares en las distintas disciplinas— que garantizan un piso de rigor científico. Los portales de revistas como Latindex, SciELO y Redelayc se destacan por la calidad y la diversidad de las temáticas que abarcan. También hay espacios enfocados a campos específicos, como el sitio web de CLACSO y el repositorio de la Alianza de Servicio de Información Agropecuaria.

En esa línea, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) cuenta ahora con su portal de revistas científicas, académicas y culturales, que hoy ofrece 57 títulos en línea elaborados por docentes e investigadores de sus diversas facultades y centros miembro. La UNC es la segunda universidad en todo el continente, después de la de Harvard, con un área específica para estos menesteres: la Oficina Conocimiento Abierto, creada en 2014. Desde allí se pretende concientizar sobre el tema, promover la producción de publicaciones científicas y capacitar a investigadores, editores, becarios, estudiantes de posgrado y bibliotecarios en el uso de programas de código abierto para gestionar estas plataformas, según apunta su directora, Alejandra Nardi.
[Fuente: OCA]