La igualdad como base de la educación
Un informe presentado por la oficina de la Unesco en Santiago de Chile sostiene que Argentina está en la cima de los países con mayor igualdad de oportunidades para el estudio. Entre los desafíos figura una tasa alta que no completa el secundario.
El ministro tenía previsto viajar ayer a Santiago de Chile para participar de la presentación del Informe de Seguimiento “Educación para Todos en el Mundo 2015”, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Pero, por problemas de salud, debió viajar en su lugar al viceministro Jaime Persick.
El estudio identifica brechas pendientes, desafíos y temas emergentes con miras a la agenda educativa regional pos 2015. Abarca los 41 países y territorios de América latina y el Caribe. Fue elaborado con la información enviada por los gobiernos. Y será presentado formalmente en el Foro Mundial de Educación, a realizarse en la República de Corea del Sur, el mes próximo.
Sileoni señaló que “en nuestro país se observan claros avances en el cumplimiento de las metas que los países miembro de la Unesco nos planteamos durante el Foro Mundial de Educación de Dakar 2000. Estos logros son resultado del proceso de reconstrucción política que Argentina ha transitado durante la última década, en el que el Estado nacional recuperó su centralidad en tanto garante del derecho de todos los niños, jóvenes y adultos a una educación gratuita, inclusiva y de calidad”.
Los seis items que se evaluaron tienen que ver con la atención y educación de la primera infancia, el nivel primario, secundario y universitario, la alfabetización de adultos, la paridad e igualdad de género en la educación y la calidad educativa. “Haciendo un balance de todos los aspectos analizados, podemos decir que el de Argentina es uno de los sistemas más igualitarios de América, después de Uruguay”, observó el ministro.
Sobre la calidad educativa, el último de los puntos que aborda el documento, el informe argentino aclara que “las metas a alcanzar y en acuerdo con la Unesco, no se sustentan en la visión tecnocrática donde la calidad se reduce a dimensiones de eficiencia y eficacia”, sino en una visión en la que “prevalece la reivindicación de la educación como un derecho de todas las personas y no como un privilegio de algunos pocos” y que incluye “nociones tales como igualdad de oportunidades, inclusión educativa, respeto a la diversidad, justicia social, relevancia y pertinencia de los aprendizajes”. En ese marco, se señala, “la evaluación de desempeños es sólo un indicador de la calidad educativa (y no el único)”. El informe toma en cuenta los resultados de las pruebas PISA (Programme for International Student Assessment) y el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce), del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (Llece) de la Unesco. “Tenemos que mejorar en Lengua, Matemáticas, Sociales y Naturales y la tasa de egresos”, reconoció Sileoni. No obstante, objetó que “los sectores que insisten en que tenemos resultados educativos bajos no hablan de inclusión.” El ministro enumeró una serie de políticas que apuntan a mejorar la calidad de los aprendizajes, entre ellas “el programa de formación docente continua Nuestra Escuela, que empezó en 2004 y es trianual, gratuito, se hace en servicio y fue consensuado con los gremios; la entrega de 90 millones de libros, la construcción de escuelas, la Asignación Universal por Hijo, que hizo que las mochilas escolares fueran dignas. ¿Todo esto mejora los aprendizajes? No. Pero se trata de un proceso largo. También queremos que no haya chicas que se embaracen a los 14 años, tenemos que llegar a un ciento por ciento de cobertura en el secundario; hoy tenemos 14 años de educación obligatoria, que antes eran 10. Cuando yo estudiaba, iba a la escuela el 30 por ciento de los adolescentes. Nuestro sistema es igualitario. En el resto de América, no”, diferenció Sileoni.
El informe destaca otra de las políticas implementadas durante la gestión kirchnerista, como el Programa de Igualdad Educativa (PIE), que se está desarrollando desde 2004 y apunta a fortalecer a las escuelas primarias que se encuentran en zonas más desfavorecidas de todo el país, pero fundamentalmente del conurbano bonaerense. También destaca los programas Intercultural Bilingüe y Digital, que abarca la entrega de netbooks a través de Conectar Igualdad, pero también el de “aulas digitales”, por el cual se entregan “carritos con treinta netbooks” en escuelas primarias, para que vayan recorriendo los distintos grados. Hasta el momento, se distribuyeron 6773 aulas digitales móviles, que cubren un universo de 837.266 alumnos, precisó el ministro. El total a cubrir es de 2.296.950 alumnos. Y para el 2015 está previsto llegar a 1.459.684 con 12.025 aulas digitales móviles, indicó.
En relación con el tercer objetivo, que se refiere a la educación de jóvenes y adultos, el informe indica que en varios países de la región –a diferencia de lo que ocurre en la Argentina– los últimos años del secundario no son obligatorios ni gratuitos o hay una alta presencia de educación privada. La cobertura en el país llega al 84 por ciento y a nivel regional es del 74 por ciento.
Sobre el nivel superior, el informe muestra que en el año 2000 había 2230 alumnos cada cien mil habitantes a nivel regional y en 2012, la tasa subió a 3428. “Argentina es junto a Cuba el país con mayor tasa de alumnos en ese nivel: 4430 cada cien mil habitantes”, puntualizó el ministro. “Acá tenemos también un problema, que es cuántos egresan, y tenemos que mejorar esas tasas también”, reconoció Sileoni. “En países con universidades de masa –agregó– el ingreso es más importante y el egreso más lento. Muchos se toman su tiempo (para terminar sus carreras), porque hay un alto porcentaje que también trabaja.” Además, indicó que el 80 por ciento de los alumnos concurre a universidades públicas en el país.
Con respecto a la alfabetización de adultos, el cuarto objetivo que analiza el estudio, Argentina se ubica junto con Uruguay entre los países con menor porcentaje de población que no sabe leer ni escribir. La media en la región es de 93,3 por ciento de alfabetos. En Argentina, llega a 98,1 por ciento. Sobre este punto, el titular de la cartera educativa detalló las acciones implementadas en el marco del Plan de Finalización de Estudios (Plan FinEs), que ya cuenta con 500.000 egresados, y del Plan Nacional de Alfabetización Encuentro, con el que se logró una reducción de dos puntos en la tasa de analfabetismo. La cuestión de la paridad de género no es un tema problemático en el país, dijo el ministro. “En algunos casos, hay más presencia de mujeres como en la secundaria. Y hay mayor deserción masculina”, indicó Sileoni.
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